La maduración de la Mara Salvatrucha ALT

Mara Salvatrucha: de pequeños extorsionadores, ¿a grandes narcotraficantes?

La evolución de las pandillas en estructuras criminales más sofisticadas plantea un nuevo reto para la Seguridad en países como Guatemala.

Byron Vásquez, Julio Lara y Hugo Álvarado

Para las autoridades que investigan las extorsiones no era la procedencia de la llamada, ni las voces de los criminales sino el contenido de la conversación lo que les sorprendió: dos cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS), uno adentro de la cárcel y el otro afuera, hablaban de un traslado internacional de drogas. Dijo este: “Los batos quieren ahora que demos 50 mil quetzales para hacer el trabajo, que hagamos el traslado, pero ninguno se compromete con más”. El encarcelado respondió: “La otra vez que dimos 10 mil cada uno hubo mucho pedo, y ahora quieren que pongamos más gente, los fierros (armas) y el efectivo, y nadie se pone de acuerdo. Hay que hablar, porque ya no estamos para cosas pequeñas”.

“Ya no estamos para cosas pequeñas”, ese podría ser el lema actual de la MS. La estructura que comenzó en Guatemala como una pandilla integrada por muchachos de entre 13 y 19 años, que se dedicaban a cometer asaltos, ha pasado a extorsionar y se ha convertido en una pequeña empresa que acumula e invierte mucho capital. Ahora parece que busca graduarse en el mundo del hampa y entrar en el negocio del trasiego de drogas por el país.

Los negocios y sus mecanismos

La transición ha sido paulatina pero constante. Tras consolidarse a principios de 2000 convirtieron la extorsión en su empresa ilícita, y con el dinero obtenido comenzaron a comprar armas en el mercado negro; la capacidad de fuego les dio mayor poder para ampliar los territorios bajo su control.

Desde entonces la extorsión de los pandilleros ha cobrado la vida de miles de personas particulares, transportistas, pilotos y ayudantes de buses, así como de comerciantes. Se convirtió en su principal fuente de ingresos. Con ese dinero, la MS ha comprado inmuebles en áreas exclusivas, son propietarios de cadenas de tiendas de barrio, de empresas purificadoras de agua y de flotillas de moto-taxis. Este negocio les resulta estratégico, pues además lo emplean para el traslado de drogas en el mercado local, y la movilización de sus sicarios y armas. Para Mario Bosos, asesor de la Fuerza de Tarea contra Extorsiones, el salto de la MS al narcotráfico trasnacional consolida sus fuentes de acumulación de capital.

Aparte de constituir un negocio, las redes de moto-taxis de la MS cumple varios propósitos: les da un camuflaje en el medio de transportes livianos, les permite transportar el dinero de las extorsiones a pequeños comercios y panaderías, y vigilar el movimiento de las auto-patrullas de la Policía Nacional Civil y de otros pandilleros rivales.

Las empresas purificadoras de agua les sirven de fachada como negocio lícito, pero también les facilitar vigilar los barrios y sectores donde expenden su producto. De hecho han ido camuflando cada vez más sus actividades. Desde 2011 la MS comenzó a utilizar las transferencias bancarias obligando a sus víctimas a depositar el dinero de las extorsiones. Les envían un número de cuenta bancaria para que depositen el dinero en efectivo y luego lo retiran mujeres en la mayoría de los casos.

La MS ha alcanzado un alto grado de sofisticación para desarrollar es visión de economía criminal. Ha integrado el denominado “Consejo de los Nueve” con los máximos cabecillas de la organización. Nada ocurre dentro de la pandilla sin que el Consejo lo ordene. Formaron un equipo de administración y finanzas con aquellos miembros con habilidad para llevar la contabilidad, manejar el efectivo y rendir cuentas. El Consejo también decide la forma en que se distribuye el botín así como las áreas de inversión.

En casos judicializados desde junio de 2014 por la Fiscalía contra las Extorsiones, se deduce que la MS ha lavado dinero entre 2008 y 2012 mediante un sistema de remesas locales que depositaban en el occidente del país y minutos después retiraban en el oriente. Un fiscal, que pidió el anonimato, calcula que a través de esas transferencias la MS logró movilizar al menos Q 6 millones en ese período; fue el dinero de extorsiones a empresarios del transporte y comerciantes en el municipio de Chimaltenango y en la zona 18 de la capital. Las operaciones les llevaban 15 minutos.

Las autoridades constataron que para realizar las transferencias bancarias la pandilla utilizó una empresa y los montos rondaban los Q 25 mil. “Ahora el trabajo consiste en rastrear las finanzas de la MS, ya que en ocasiones cumplen sentencia por otros delitos, pero el dinero lo siguen teniendo. Lo que buscamos es quitarles ese dinero obtenido de forma ilícita”, refiere el investigador del MP.

 

El «Consejo de los Nueve» de la Mara Salvatrucha, durante una audiencia en Torre de Tribunales.

Organización de la empresa

A partir de esas constataciones, las autoridades enfocan el fenómeno de la MS con otros lentes. Juan Pablo Ríos, asesor del Ministerio de Gobernación, dice que el 30 de octubre de 2014 un juzgado categorizó a la MS como una estructura criminal, y dejando de asumir que se trataba de un grupo de jóvenes que formaban una alborotadora pandilla. Mario Bosos agrega que los integrantes de la MS son metódicos, tienen logística y una idea clara de lo que buscan.

La jerarquía de la “organización criminal” se refleja en los salarios de los líderes. Según las investigaciones de la fiscalía, el denominado “ranflero” (cabecilla) ganaba al año unos Q 312 mil (Q 26 mil mensuales), lo mismo que recibía el “llavero” (encargado de guardar y cuidar las armas). Después sigue el “homie” brincado 1 (jefe de los sicarios de la pandilla) con Q 222 mil anuales (Q 18,500 al mes); el brincado 2 (también sicario) ganaba Q 86 mil anuales y el brincado 3 (informante y cobrador de extorsiones, además encargado de conseguir vehículos) obtenía Q 66 mil 800 al año. Luego sigue el “chequeo” (quien presta su cuenta bancaria para recibir los depósitos de las víctimas y esconder los ilícitos, por lo regular familiar de uno de los pandilleros) que recibía Q 42 mil anuales. Quien se desempeña como colaborador, normalmente pariente de alguno de los pandilleros y encargado de vigilar potenciales víctimas, recibía Q25 mil 500 al año. Cuando una “clica” (grupo delictivo) está de aniversario le conceden un bono. Además, mantienen dinero invertido en los bancos a través de esposas de los líderes pandilleros aunque también usan testaferros.

Enma Flores, jefa de la fiscalía contra Extorsiones, no sabe a ciencia cierta cuánto dinero moviliza la MS, pero a través de pesquisas ha visto la movilización del efectivo y dice que el volumen es una “monstruosidad”. En una investigación aún en curso, las autoridades descubrieron que dos empresas de transporte en la zona 6 de la capital pagan mensualmente, cada una, Q 30 mil, desde hace casi dos años. Es lo que han logrado identificar a través de denuncias, pero suponen que hay más víctimas y por lo tanto más dinero sustraído. Así, para Bosos la MS “pasó de una fase puramente parasitaria, a una con criterios definidos para capitalizar sus acciones delictivas en actividades económicas remunerables”. Han logrado capacidad estratégica criminal, concluye.

Cuadro estadístico que muestra cifras de denuncias por extorsión en el departamento de Guatemala.

¿Larga vida al gángster?

El 24 de agosto de 2013 agentes anti-extorsiones capturaron a Allan Bruss Andrino Valle (38 años), apodado Fainter y cabecilla de la MS. El cargo fue asesinato y cuando las autoridades profundizaron en la investigación quedaron sorprendidas por el volumen de capital que Fainter manejaba. Fue localizado en una casa valorada en Q 1 millón, en un exclusivo sector del municipio de Jocotenango, Sacatepéquez. Vivía rodeado de lujos, vehículos, motos, muebles y otros objetos de valor. Su capital provenía de las extorsiones a comerciantes y dueños de viviendas en las zonas 1 y 21 de la capital, acumulado desde el 2010 cuando asumió el liderazgo de la MS.

Cuenta un fiscal que participó en la captura, que para evitar que el Fainter escapara, engañaron a los guardias de la garita de seguridad del condominio, y jamás se identificaron como fiscales, pues temían que si lo hacían fracasara el operativo.

Pero no solo el Fainter busca otra forma de vida. Ríos cuenta que hace poco conversó con un cabecilla de la MS con alto perfil criminal, y este le contó que tiene claro que el mundo criminal no es algo en el cual debería empeñarse todo el tiempo; acumuló suficiente capital para tomar otras decisiones. Pero nunca dice que dejará de ser Salvatrucha. Ríos dice que el cabecilla no puede decir: “Ya conseguí mis millones, gracias por todo MS”. Lo que sí supone Ríos es que dejará la criminalidad y tiene un plan para saltar a otra actividad que será lícita. “Ellos quieren dejar de ser gánster para pasar a ser comerciantes y empresarios”, concluye.

La llamada interceptada dentro de la cárcel dejó a las autoridades asustadas. Aunque desde hacía un tiempo los investigadores y fiscales sabían la MS estaba madurando en el campo criminal, el paso de convertirse en traficantes internacionales de drogas representaría un salto mucho mayor. Ríos y Bosos refieren que la evolución criminal de la MS “es algo a lo que el gobierno debe ponerle atención”.

La “evolución” comienza -dice Ríos- desde las propias cárceles donde son recluidos los líderes de la MS. Desde la prisión se han fortalecido y acumulado más dinero y poder. “Hay cabecillas de la MS que en unos años estarán en libertad, y al salir tendrán una estructura con dinero y armas.” “En su mano izquierda aún sujetan el arma”, explica Ríos, pues la fuerza letal es para ellos un recurso irrenunciable. Si llegan a posicionarse dentro de un área geográfica, podrían cooptar a las autoridades del lugar. Pero su mano derecha la extienden para hacer negocios, y eso los convierte en una organización fina. A ambas hay que prestar atención”, indica.

Ni los fiscales, ni los investigadores policiales tiene aún la certeza de hasta dónde están vinculados los Salvatrucha con las organizaciones internacionales de narcotraficantes, pero coinciden en que el narcomenudeo ha crecido en muchos sitios y la MS se ha empoderado en algunos territorios. Refieren en que es momento de trabajar en eso, sin descuidar las acciones evolutivas de la pandilla que cada vez acumula más dinero.

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