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Investigar con rumbo
Emprender una investigación periodística se asemeja a iniciar un viaje. Es importante tener una hipótesis preliminar que nos guíe a lo largo de la ruta y objetivos claros que nos lleven a un destino definido.
Redacción CAP
Al iniciar un trabajo periodístico de investigación es necesario partir de una hipótesis, es decir, de una explicación provisional de un fenómeno como un punto de partida de aquello que queremos probar, destacó Óscar Martínez, coordinador editorial de los CAP, en la séptima sesión del ciclo de formación sobre Democracia en Centroamérica.
Con esta jornada dio inicio el proceso de elaboración de los reportajes periodísticos colaborativos que las y los periodistas de Honduras, El Salvador y Guatemala que participan en el CAP realizarán durante los próximos 4 meses.
“Sin una hipótesis sólida es imposible desarrollar un método periodístico concreto. Es decir, sin un destino no se puede definir una ruta”, comentó Martínez en la sesión “Investigar con rumbo”.
Para emprender la ruta periodística de una investigación, una vez definida la hipótesis, se necesita elaborar un mapa de fuentes (personales, documentales, testigos directos de los hechos…); recopilar el acervo documental (legislación, informes, auditorías, fotografías…) y establecer un plan de inmersión si la investigación requiere una visita de campo.
“El ejercicio al que nos enfrentamos en Ciclos CAP requiere formular una hipótesis que guíe el trabajo, es decir, una explicación provisoria que solo se sostiene de momento, pero que hay que fundamentar”, destacó Martínez quien además es jefe de redacción del periódico digital El Faro de El Salvador.
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Establecer un mapa de fuentes
Una vez establecida una hipótesis sólida que guiará la investigación es necesario elaborar un mapa con las posibles fuentes que debemos consultar para validarla. Hay que recordar que, en el ámbito periodístico, una “fuente” puede ser cualquier persona, algún hecho que presencie el o la periodista o documentos y registros de instituciones que nos brinden información para la elaboración de un texto en la modalidad de reportaje o crónica, explicó Martínez.
“El periodista puede ser una fuente válida si presencia hechos o encuentra patrones en un fenómeno; de igual forma expertos en una materia, testigos directos de un acontecimiento, documentos que registren una situación, fotografías o videos pueden formar parte de nuestro mapa”, subrayó.
El objetivo de su creación es tener un panorama completo de a dónde y a quién acudir para sustentar la información que precisamos en nuestra investigación. Además, este mapa sirve para detectar posibles vacíos en la indagación que estamos realizando.
“Muchas veces la consulta a una fuente indirecta, por ejemplo al familiar de un testigo directo de un hecho, puede conducir a una fuente primaria con información clave para el trabajo periodístico”, explicó.
En este mapa también hay que incluir a los aludidos en una investigación como una fuente a consultar para obtener su versión de los hechos. Martínez además recomienda el contraste de la información recopilada entre varias fuentes para verificar la veracidad de lo que se afirma.
Recopilar la información documental necesaria
La construcción de un acervo documental, es decir, un conjunto de información sobre el tema que estamos tratando es indispensable para alimentar una investigación periodística. Esto incluye la recolección de antecedentes sobre los hechos que indagamos, los informes o estudios que se hayan realizado sobre la materia, reportes judiciales, auditorías, entre otros.
En esta recolección de información documental, el periodista salvadoreño también recomienda aprovechar tecnologías como las fotografías y videos en redes sociales, ya sea de cuentas institucionales o de ciudadanos particulares, ya que permiten la reconstrucción de lo sucedido desde múltiples perspectivas.
Todo este proceso es dinámico, apuntó, y una fuente documental puede brindar indicios para llegar a otras fuentes personales o a obtener registros o documentos que sustenten el trabajo periodístico que realizamos.
Preparar un plan de inmersión
Muchas veces una investigación periodística requiere de una visita de campo para contrastar -en el lugar de los hechos- la información que tenemos sobre un fenómeno manifestó el editor. Estas visitas, además de permitir tener acceso a fuentes primarias o testimonios, también ayudan a contar con más elementos de los cuales disponer al momento de la elaboración de un texto periodístico.
Los trabajos de campo además pueden ayudar a la detección de patrones o dar elementos para reformular la hipótesis de nuestra investigación. Sin embargo, también pueden ser un factor de riesgo, por lo que Martínez recomienda que este plan también contemple la seguridad de las y los periodistas.
Uno de los factores a analizar cuando se realiza una pieza periodística a profundidad son los intereses de las fuentes en brindar determinada información. Si no tenemos claro cuál es su propósito podemos exponernos a riesgos de todo tipo, detalló Martínez. Una práctica que debería ser habitual en las redacciones es realizar una discusión ética que involucre a periodistas y editores alrededor de este tema, aconsejó.
Al cierre de la sesión “Investigar con rumbo”, Óscar Martínez también resaltó que el trabajo periodístico es casi siempre un esfuerzo colectivo en el cual se debe buscar un propósito concreto y aprovechar los diferentes talentos y experiencias del equipo de periodistas para alcanzar el objetivo final: confirmar una hipótesis y sustentarla de manera rigurosa para informar y explicar un tema que sea de interés público.
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