Por: Ana Margarita Chén, Kristhal Figueroa, José Martín Racancoj, Julio Sicán Aquino, Mariela Castañón, Pilar Rodríguez, Shirlie Rodríguez y Sofía Menchú.
Introducción: Sofía Menchú
Editora: Claudia Méndez Arriaza
Ilustraciones: Daniel San
Programación: Javier Castillo / Royale Studios
Es temprano aún para concluir si la elección de las gobernaciones departamentales fue o no un éxito o siquiera una medida acertada, a partir de las reformas que el presidente Bernardo Arévalo De León aplicó cuando apenas asumió la Presidencia de Guatemala en enero de 2024. En un solo acto cambió la dinámica que prevaleció durante dos décadas para elegir a los representantes del Ejecutivo en cada uno de los 22 departamentos del país.
“El tiempo lo va a decir”, responde Luis Linares, analista en temas municipales de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), “hay muchos gobernadores nuevos de quienes no conocemos sus antecedentes. Aunque también hubo satisfacción, especialmente con los gobernadores de Occidente”, añade.
Se refiere a casos como los de Sacatepéquez, Sololá y San Marcos, departamentos donde ahora son Gobernadores una lideresa y dos líderes indígenas quienes han jugado roles como auditores sociales, han participado activamente en procesos comunitarios y, además, fueron actores clave durante las manifestaciones para defender los resultados electorales en 2023.
Carmen Reina, consultora en investigación social y participación ciudadana, explica que, aparte de sus liderazgos relevantes, las y los gobernadores son profesionales universitarios y capacitados políticamente: trabajadores sociales, abogadas, agrónomos y administradores públicos, entre las profesiones más repetidas de los nuevos funcionarios.
Los analistas coinciden en que el balance final del nuevo mecanismo requerirá más tiempo, pero por ahora se pueden enumerar las ventajas inmediatas que sumó el cambio en el modelo de elección:
El informe de Asíes enfatiza que durante el proceso hubo una “alta intensidad” de presiones, provenientes principalmente de diputados y caciques departamentales interesados en manipular la integración de las ternas para gobernadores.
¿CAMBIA LA CORRUPCIÓN?
Las personas entrevistadas consideran que combatir la corrupción en los Codedes es más complicado que solo colocar a un gobernador honesto, porque depende de una relación integral entre los alcaldes y diputados distritales, quienes terminan manipulando procesos para ganar, por ejemplo, contratos de obra pública para sus empresas u organizaciones afines.
Carmen Reina, Luis Linares y Edy Cifuentes coincidieron en que es prematuro asegurar que con los nuevos gobernadores no habrá corrupción o que mejorará el desempeño de los Codedes. “Las municipalidades son una zona donde prevalece la corrupción”, dijo Linares. Mientras que Cifuentes señaló que un paso crucial fue arrebatar la cuota de poder a muchos diputados distritales y alcaldes, aunque los mandos medios en los Codedes continúan y quizás ellos forman parte de las viejas estructuras, al igual que los contratistas de las municipalidades. La corrupción no se termina por completo.
Gustavo Berganza, sociólogo y analista independiente, apunta que no habrá buen resultado si no se depuran los estratos inferiores que se relacionan con el poder del Gobernador: consejo departamental y municipal: “Es lo que está pasando con el Ejecutivo: mientras el Presidente y su Gabinete tienen la fama de ser honrados, abajo existe una estructura que les impide funcionar. Y ese problema se replica a nivel gubernamental con los gobernadores”.
Después de seis meses de críticas, amparos, destituciones y reclamos, el 25 de junio el Ejecutivo concluyó con el nombramiento de los dos últimos gobernadores en los departamentos de Baja Verapaz y Santa Rosa.
Hacia finales de octubre, la Secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia informó que evaluará a los titulares de las 22 gobernaciones para determinar su continuidad el año próximo.
En este especial de Ciclos CAP se presentan las historias de la elección y nombramiento de las gobernaciones en 17 departamentos, se cuenta cómo fue el proceso y quién fue la persona elegida por el presidente Arévalo. Se incluyen frases que describen “el momento”, como las de los Gobernadores que confiesan que recibieron una llamada 24 horas antes de asumir el puesto; o las de postulantes que reflexionan sobre el significado de las disputas del poder local.
En suma, este trabajo muestra cómo y por qué una elección que se propuso democrática, resultó tan complicada.