Perspectivas de la política de EE.UU. hacia Centroamérica

La política de Estados Unidos hacia Centroamérica giró a un enfoque más pragmático, con dos ejes: frenar la migración y competir con China. Aunque ambos tienen consenso político bipartidista, la atención hacia la región disminuyó frente a las crisis globales.

Redacción CAP

Centroamérica se ha encontrado en la esfera de influencia de Estados Unidos durante décadas. Sin embargo, en un contexto multipolar y con múltiples crisis políticas y sociales mundiales al mismo tiempo, la región ha representado menor interés para el sistema político estadounidense.

Para David Holiday, especialista en políticas públicas y de cooperación en Centroamérica por más de 30 años, Estados Unidos pasa por el momento de menor influencia en el Istmo derivado de la dispersión de esfuerzos y estrategias que no han dado los resultados esperados. En su presentación en el Ciclo de Actualización para Periodistas (CAP) sobre Democracia y Autoritarismo en Centroamérica, Holiday profundizó en estas dinámicas de la política estadounidense.

El experto inició explicando las políticas impulsadas para la región al inicio de la administración del presidente Joe Biden en 2020, y las modificaciones de estas estrategias según los cambios políticos internos y externos que se fueron registrando.

Las políticas en el gobierno de Biden

Dos fueron las políticas que marcaron la línea de la administración del presidente Biden hacia Centroamérica al inicio de su mandato, señaló el expositor: La estrategia para abordar las razones de fondo de la migración (causas “raíz”) y la estrategia anticorrupción, que fue considerada un asunto de seguridad nacional.

La primera de estas, que planteó una propuesta para abordar los problemas económicos, de seguridad y de crisis climática de la región como una forma de reducir los factores que incentivan la migración, recibió un presupuesto multianual de US$4 mil millones.

Sin embargo, dijo Holiday, el incremento del presupuesto no fue acompañado de certezas en su implementación ni de compromisos gubernamentales sólidos en los países de la región. 

“La premisa fallida de que $4 mil millones pueden lograr resultados en el corto plazo”, encierra, además, la contradicción de “cómo apoyar economías sin reforzar a países no democráticos”, indicó.

Aunque esta estrategia varió según cada país centroamericano, mantuvo hilos conductores: apoyar el espacio democrático y el combate a la corrupción; denunciar la concentración del poder y evitar el deterioro económico en la región, todas consideradas causas que generan la migración irregular hacia Estados Unidos.

Personas vinculadas a los sectores políticos, económicos y judiciales de Guatemala, El Salvador y Honduras han sido incluidas por Estados Unidos en la lista de actores corruptos y antidemocráticos. Imágenes: La Hora, HCH, ElSalvador.com

El combate a la corrupción en Centroamérica también incluyó la difusión de listas de actores que favorecen la corrupción y socavan la democracia. Sin embargo, para Holiday, esta estrategia dio pocos resultados ya que los sancionados “fueron protegidos por sus Estados y desataron críticas nacionalistas”.

En 2021, las contrapartes gubernamentales para estas políticas eran los presidentes Alejandro Giammattei en Guatemala, en un contexto de desmantelamiento de la lucha contra la corrupción; Juan Orlando Hernández en Honduras, extraditado luego a Estados Unidos por narcotráfico; Nayib Bukele en El Salvador, quien ya emprendía acciones para concentrar el poder; y Daniel Ortega, en Nicaragua, con una política de represión violenta y autoritarismo.

La falta de cambios institucionales y de incidencia de esta política marcó un giró a partir de 2022, explicó Holiday.  Entonces se trabajó con una visión más “pragmática” sobre la relación con los países de la región por parte de Estados Unidos, buscando cooperar con los gobiernos en las áreas donde le fuera posible.

Presentación de David Holiday “Centroamérica: un análisis desde el exterior” en Ciclos CAP.

El giro “realista” en el contexto de Centroamérica

Si bien en 2020 se perfilaron otras estrategias de Estados Unidos e, incluso, la vicepresidenta Harris fue designada para atender el tema de la migración irregular desde Centroamérica, pronto la atención de la administración Biden se centró en otras crisis globales.

La salida estadounidense de Afganistán, la guerra en Ucrania a raíz de la invasión rusa, el conflicto geopolítico y económico con China y la amenaza de una guerra regional a gran escala en Oriente Medio concentraron la atención de la política exterior estadounidense en este periodo, indicó.

Al no obtenerse resultados tangibles con la política anticorrupción y al mantenerse los flujos migratorios tanto de personas centroamericanas como de otras nacionalidades, el gobierno estadounidense adoptó una posición más “realista” sobre su grado de influencia en la región, explicó David Holiday.

Y agregó: “los temas que marcan la política actual y a futuro de  Estados Unidos hacia Centroamérica son contener la migración y competir con China y ambos han logrado un consenso bipartidista”.

Encuentro entre el presidente Xi Jinping de la República Popular de China y el presidente Joe Biden de los Estados Unidos de América Imagen: CNBC

Las propuestas de campaña de Trump y Harris para la región 

Respecto a Centroamérica el aspecto de la campaña electoral estadounidense que más efectos tiene es el de la política migratoria. Para el expresidente Donald Trump “hay un énfasis en políticas de expulsión de personas migrantes que podría afectar a la región”, manifestó el especialista.

Mientras que en el caso de Harris aún hay poca presencia del tema migratorio en su campaña, “pero recibe ataques políticos por la falta de resultados para regular la migración hacia Estados Unidos”. 

Aunque hay un consenso entre los partidos Demócrata y Republicano sobre lo fallido del sistema migratorio “es poco probable un acuerdo de reforma migratoria hasta que asuma la próxima administración”, enfatizó.

La actual vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, y el expresidente Donald Trump compiten como candidatos de los partidos Demócrata y Republicano por la presidencia de los Estados Unidos. La elección se realizará el 25 de noviembre de este año. Imagen: The Hollywood Reporter

El cambio político más relevante en la actual campaña electoral, destacó Holiday, fue la decisión del presidente Biden de no buscar la reelección y apoyar a la vicepresidenta Kamala Harris para encabezar la fórmula demócrata.

La disputa por la Casa Blanca se enmarca para esta contienda en conseguir el apoyo de “estados pendulares” o “swing states”, resaltó Holiday. Es decir, buscar el respaldo en regiones que pueden cambiar de una elección a otra entre republicanos y demócratas, finalizó.

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